viernes, 9 de diciembre de 2011

Navidad en Alsacia / Christmas in Alsace (Colmar, Eguisheim, Riquewihr, Ribeauville, Estrasburgo)

Tras oír hablar maravillas de la decoración navideña de los pueblos de Alsacia y después de haberla conocido en verano, nos animamos a visitarla en navidad.

Alsacia es una provincia francesa limítrofe con Alemania, cuya capital es Estrasburgo. Tras haber sido zona de litigio franco-alemana durante años, ahora la región es un símbolo de paz, acogiendo numerosas instituciones europeas. Ademas de frances, se habla "alsaciano", que ante unos oídos ignorantes como los míos, es como un dialecto del Alemán.

Empezamos nuestra ruta en la capital de la navidad, Colmar. Llegamos de noche y ello nos permite disfrutar de la iluminación de las calles. Tienen el pueblo cargado de decoración navideña, no hay casa en la que falten adornos o luces. Cenamos en un Winstube, que es un bar típico alsaciano, donde comenzamos a disfrutar de la gastronomía francesa. Dormimos en el Hotel Le Marechal, una preciosa casita típica alsaciana a la orilla del canal que atraviesa la ciudad.

Al día siguiente, los mercaditos están abiertos por lo que hemos cogido el hotel con solo alojamiento para poder desayunar en algún puesto.

El pueblo esta lleno de turistas que desde primera hora de la mañana degustan el "vin chaud" o "gluhwein", es decir, el vino caliente. Es curioso ver como decenas y decenas de turistas se agarran con las dos manos a la taza, soplando sobre el humeante vino, tratando de entrar en calor. Los mercaditos tienen todos los adornos de decoración navideña que puedan existir.

Dejamos Colmar para dirigirnos a Eguisheim, en mi opinión, uno de los pueblos mas pintorescos de la ruta. Las calles de este pueblito se extienden de forma de círculos con céntricos al rededor del centro. Las calles son medianamente estrechas y con casitas de diferentes colores que muestran sus cuidadas vigas de madera. Es un paseo muy bonito. Por supuesto, tiene su mercadito de navidad con sus incondicionales degustadores del vino caliente. 

La siguiente parada es Riquewihr, un pueblo mas grande. Mucho antes de llegar vemos decenas de autobuses aparcados en las afueras y coches aparcados kilometros antes de llegar al casco urbano. Conseguimos aparcar medianamente cerca, el pueblo esta literalmente lleno de turistas. Decidimos hacer tiempo en la tienda de la bodega Hugel, una de mis favoritas de vinos Alsacianos. Tras probar una amplia variedad de vinos de diferentes uvas y añadas, compramos las botellitas de rigor. 

Despues de dar una vuelta por el pueblo y picotear una  FlammKuchen, decidimos comprar embutido y quesos locales en un puesto y comer en la furgoneta. Un acierto, esta todo buenísimo.

Dejamos  Riquewihr para dirigirnos a Ribeauville, donde la decoración de navidad contrasta con un mercado medieval que hay montado a lo largo de todo el pueblo. El olor a madera quemada y diferentes puestos de carne a la brasa hacen que el pueblo tenga realmente un toque medieval.

Nos tenemos que ir hasta Obernai a dormir. En navidad  es realmente dificil encontrar alojamiento en Alsacia y eso que reservamos con meses de antelación. Tras un dia intenso nos relajamos tomando una degustacion de cervezas locales en el Bar 55, donde vemos como los camareros no paran de servir botellas de champange  (y no de las baratas)  a las diferentes mesas.

Tras hacer noche en Obernai y dar una vuelta para despejarnos y estirar las piernas, nos dirigimos hacia el castillo de H aut Koenigsbourg. Una impresionante fortificación en la cima de una montaña desde la que se divisa todo el valle que va de Estrasburgo a Mulheim.

La visita al castillo merece realmente la pena y además el dia también acompaña para tener unas vistas medianamente despejadas. Vemos la cordillera de la Selva Negra al otro lado lado del valle.

Retornamos la ruta hacia Estrasburgo, la capital de Alsacia. Si los pueblos estaban decorados, Estrasburgo no se queda a la zaga. Salimos a pasear por la noche, y hay ciertas calles que son autenticas obras de arte. La forma que tienen de disfrutar de la navidad, estando en la calle (aunque haga un frio de narices) con un vino caliente y comiendo variedades gastronimicas en cualquier puesto, hace que estos dias de envierno no parezcan tan frios.

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